Seguro que alguna vez habrán escuchado algún tipo de historia parecida a esta, que a mi parecer constituye un lugar común de la vida misma.
Este tipo de sucesos han sido recreados en la televisión y el cine hasta la saciedad de manera que si algo parecido nos pasa al momento de la muerte ya no nos ha de sorprender.
Lo que nadie parece saber a ciencia cierta es lo que sucederá después, los más triste sería que nada. Pero también hay cantidad de testimonios al respecto, los cuales ameritarían otra nota. La mayoría de ellos relatan casi siempre encuentros religiosos.
Lo interesante es que este tipo visión parece ser una experiencia universal que no depende del credo de quienes son declarados, aunque sea por unos segundos, clínicamente muertos. Cientos de personas alrededor del mundo y de diversas religiones han declarado haber ‘vivido’ más o
menos las mismas sensaciones.
La explicación científica del fenómeno la escuche en Discovery Chanel hace ya algunos años y me sorprendió su simpleza. La visión del túnel con la brillante luz al final no es más que el proceso de apagado del cerebro.
Alguna vez vieron un viejo televisor al momento de ser apagado. El de mi abuela cuando se le daba vuelta a la perilla ‘Power’ permanecía semiprendido unos cuantos segundos, la pantalla se oscurecía progresivamente desde los contornos y un círculo de luz se concentraba en el centro del monitor, hasta que la luz desaparecía totalmente.
Los científicos dicen que algo parecido le pasa al cerebro al momento de la muerte, cuando el cuerpo deja de producir la energía suficiente para alimentarlo.
En cuanto a las otras experiencias como el cambio de perspectiva o elevación, los encuentros religiosos, sin mencionar el hecho de que la vida pase ante tus ojos en el último momento de morir, podrían deberse al mismo proceso.
He leído que pacientes con epilepsia a los que la enfermedad les afecta uno de los lóbulos del cerebro (creo que el temporal) entran en un trance abundante en experiencias y visiones mega religiosas o de carácter ultra filosóficas.
Me pregunto si eso será lo que ocurre con quienes son tan afortunados como para volver de la muerte y contarlo.