Elementos compartidos de Alexander

jueves, 26 de abril de 2007

Peces de colores con memoria regrabable continua


Cualquiera que leyera este título se imaginaría que hablo de una nueva mascota tecnológica (robot) producida en la China.

Pero me refiero a los hermosos pececitos de colores que muchos tienen en casa.
Hace mucho tiempo supe por un dato anecdótico de una película cuyo nombre ya no recuerdo, que estos animalitos tenían una memoria de sólo 30 segundos.

Es decir, que no pueden recordar nada que hubieran experimentado antes de ese tiempo. Pero creo que la memoria a mí también me traicionó porque en la web me encontré lo siguiente:

“Los peces de corales sólo tienen 3 segundos de memoria, si tardan 3 segundos en dar una vuelta a la pecera es como si te hubieran visto por primera vez...”, dice una blogger que se hace llamar Perduto en una bitácora que parece abandonada y que se titula precisamente
La memoria de los peces.

Imaginen las implicaciones de lo que pretenciosamente he llamado memoria regrabable continua. Porque la imaginó como una diminuta cinta de cassette que sólo se puede ir grabando a medida que el final de la cinta se va borrando.

Si estos pececitos sólo pueden recordar lo que les pasó, máximo hace tres segundos, ni siquiera reconocen a sus dueños y se alimentan, hacen casi todo, por el simple instinto.

Eso no es lo más inquietante: Al momento de nacer, lo único que estos pececillos conocen, lo único que pueden recordar, es la sensación y la maravillosa experiencia del nacimiento.

Y cuando están comiendo, todo lo que conocen es el placer de las necesidades satisfechas, algo que yo imaginó como su máxima felicidad. El mundo siempre es nuevo y el presente es lo único que existe para ellos.

Cuando tienen hambre, lo único que pueden recordar es esa sensación de tristeza desesperanzadora que los humanos también podemos experimentar cuando sabemos que no hay nada para calmar el mordaz apetito.

Y al momento de la muerte, lo único que conocen, lo único que han vivido y que pueden recordar es ese momento angustioso, de soledad, incertidumbre y miedo que precede al final. Lo único que saben es que la vida se les va.

Sólo eso, la sensación de un pez al momento de morir
. Nada más existe o existió para ellos, ni ha existido jamás.

Contrapunto.- Peces Payaso, siempre regresan a casa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿será entonces que nuestra memoria es nuestra... "cruz"?

Malas Manias dijo...

Eso de que todo sea nuevo y que cada placer sea el único , está bien pero de que sirve descubrilo todo cada 3 segundos si luego no recuerdas lo gratificante que fue , de que sirve vivir si cuando mueres lo único q tienes es el la muerte y nada mas , pienso que es preferible cargar con la ''cruz'' por muy pesada que sea.

Alexander García V. dijo...

Sería triste que al morir tú vida (con toda su carga emocional) no pasará ante tus ojos. En ese momento la memoria puede ser nuestra última redención.