Elementos compartidos de Alexander

miércoles, 8 de octubre de 2014

Exaltación de la derrota en un retrato generacional.

‘Hablas demasiado’, primera novela del manabita Juan Fernando Andrade

Diario Expreso, Guayaquil, 20/12/09.
Por Alexander García Vizcaíno.


Con una prosa pop y desenfadada, como la realidad que reproduce, Juan Fernando Andrade hace una decente incursión en el género de la novela.

El amor es una larga fila, tú tocas el hombro a quien te da la espalda y detrás, alguien está tocando el tuyo. Nadie voltea de la forma como se desearía. Eso es lo que pasa en la relación Juliana-Miguel-Clara, personajes de la novela “Hablas demasiado”. Pero en la “ópera prima” del autor manabita Juan Fernando Andrade, la búsqueda del amor es la metáfora de otra más profunda. La de una generación de jóvenes a la que cada vez se le hace más difícil encontrar un significado a la vida.

Marihuana, clorhidrato de cocaína, cerveza, vodka y hasta caña manabita. Los jóvenes personajes de “Hablas demasiado”, parecen querer esnifarse el mundo, evadiendo constantemente su realidad.

“En esta vida todos ‘tenemos’ (...) que ‘ser’ alguien, está en el contrato, escrito con las letras chiquitas que nunca leemos y qué están ahí para estafarnos”. Miguel está a pocos días de graduarse de la Universidad, pero su vida es una mentira. Estudió finanzas para llevarle la corriente al padre, que le piensa heredar “el negocio”. Un día, a la salida de clases, se encuentra -recostada sobre su viejo Jeep- a la chica a la que ha deseado toda la carrera y con la que apenas ha cruzado palabra. Pero ella (Clara) está a punto de casarse. Comienza una extraña historia de amor, que Andrade logra hacer verosímil. También comienza un plan para tirar por la borda los años universitarios y los anhelos familiares.

Todo en un clima angustioso, con la prosa desenfadada que parafrasea cierta habla quiteña y frases enteras en inglés, el lenguaje de “the beautiful people”, una gente que vive de marcas.

Miguel vive en la capital, pero es de Manabí. Habla en primera persona, desde un presente inmediato, su estilo irónico logra arrancar sonrisas. Pasajes pueden llegar a ser entrañables, incluso conmovedores.

El protagonista sufrirá la osadía de haber sustituido una mentira con otra. Al final, luego del desenlace temido, después de tantas dudas, frustraciones, borracheras, la novela alcanza un ritmo, un tono y una apacibilidad admirables. Miguel sigue siendo un perdedor, pero recuperó su dignidad; y tal vez, ya no lo sea tanto...

jueves, 3 de junio de 2010

Fernando Mieles: “El cine es una carrera de resistencia”


Director guayaquileño estrena por fin, en agosto, su película Prometeo Deportado, cuyo proceso le tomó 10 años desde su concepción.
La película ecuatoriana Prometeo Deportado, del cineasta guayaquileño Fernando Mieles, se estrenará por fin la última semana de agosto próximo, tras un largo proceso de diez años desde su concepción y a dos de su rodaje. Quince actores protagónicos y “ciento cincuenta extras en progresión constante” participaron en esta historia coral sobre la migración, que contó con un presupuesto aproximado de 800 mil dólares. Así lo informó Fernando Mieles, su director y guionista, en una charla sobre El cine que se hace en Guayaquil, la noche del pasado martes, en el Teatro Centro de Arte. El conversatorio fue conducido por Jeannine Zambrano y contó con la participación de Andrés Crespo, quien arrancó risas al público con sus ocurrencias y habló de uno de sus cortos experimentales.“El cine es una carrera de resistencia”, soltó Fernando Mieles, de 40 años, quien se declaró un apasionado del celuloide. “Cada proyecto (que se realiza en Ecuador) puede tomarte entre tres a seis años. El cine demanda una filosofía de espera y de paciencia muy grande, un esfuerzo y un nivel de compromiso extra. Prometeo... me llevó 10 años. La pregunta es ¿hasta qué punto la gente está dispuesta a hacer este sacrificio?”.Ese tiempo de espera contribuyó, no obstante, a la madurez del proyecto, comentó el realizador. El texto que ganó el premio a Mejor Guión Inédito en el Primer Festival del Cine Pobre en 2003, Gibara, Cuba, “era la tercera versión, el que se filmó fue la versión dieciocho”.El primer tráiler de Prometeo..., que se exhibió al término del conversatorio del martes, ya se proyecta en salas comerciales de cine y se puede ver en la página YouTube. En él se observa al actor y narrador oral Raymundo Zambrano con voz en off. “Si el Ecuador es el nombre de una línea imaginaria, los ecuatorianos somos seres imaginarios. (...) El Ecuador no existe, pero duele”. El promocional prefigura ya el tono de la cinta, muestra a un grupo de ecuatorianos esperando ser deportados en un aeropuerto de una ciudad no determinada del primer mundo. Entre ellos aparece Prometeo, “el mejor mago prestidigitador, mentalizador, escapista de todo el Ecuador”.Según Fernando Mieles, quien ya estrenó el año pasado el documental Descartes, él filma películas por una necesidad expresiva. “Yo hago cine para conocerme”, señala. De hecho, Prometeo... aunque “no es un filme autobiográfico”, sino construido por pequeñas historias que confluyen en una sala de espera, partió de una experiencia personal. “Me deportaron de España en el 93”. El realizador ha señalado que también encontró inspiración en la tragedia griega, en el Prometeo encadenado de Esquilo al momento de trazar esta alegoría sobre la ecuatorianidad.Ahora Mieles espera que los ecuatorianos asistan a ver la película masivamente. “Yo hago películas por la necesidad de verme yo mismo, que mi familia y mis vecinos vean cómo somos, no para que me validen en un festival, que por lo general es lo que pasa”.
Alexander García Vizcaíno.- Publicado en Expresiones de Diario Expreso (3/05/2010).

sábado, 23 de enero de 2010

Tendencia mundial creciente

Literatura gay ¿para niños?

Una niña convive con dos mamás en el libro infantil El amor de todos los colores, de Lucía Moreno. La autora española escribe cuentos en donde se ven reflejados sus propios hijos (adoptivos) en un hogar homoparental.

"En la montaña más alta sobre la ciudad, un joven príncipe todavía no se ha casado. Su madre insiste en que debe encontrar una princesa. El príncipe le dice: "Bien mamá (...) tengo que decirte que nunca me han gustado mucho las princesas". Su madre hace desfilar una joven tras otra por el castillo, pero ninguna despierta su interés. Luego llega una princesa escoltada por su hermano Lee, y el príncipe exclama: "¡Qué guapo!". Se enamoran y comienzan los preparativos de la boda". Este es el argumento central de un cuento ilustrado... ¡para niños!
El álbum Rey y Rey, de autoría de las holandesas Linda de Haan y Stern Nijland, ha levantado gran revuelo, demandas y polémica -también múltiples traducciones y nada despreciables ventasdesde su publicación en el año 2000.
Pero la tendencia de escribir sobre temas tabú para la infancia, como la muerte y los conflictos existenciales (ya presente en la obra de J.K. Rowling, la creadora de Harry Potter), salta cada vez con más fuerza a planos como el de la homosexualidad.
Si han existido suspicacias sobre un subliminal mensaje gay de Bob Esponja o de uno de los Teletubbies, estos cuentos salen verdaderamente del clóset. Pañuelito celeste es el relato de un niño que quería convertirse en niña. Este cuento fue el ganador el año pasado de un concurso, cuyo fin era "incentivar el respeto a la diferencia desde la infancia", al que se presentaron más de 100 manuscritos y que tuvo entre sus organizadores a la secretaria de Educación de Buenos Aires.
La española Lucía Moreno es una de las "estrellas" del género.
En su primer cuento, El amor de todos los colores, un niña tiene que convivir con dos mamás. En un principio, Moreno no encontraba editorial para sus textos por lo que creó su propio sello: Topka, especializado en literatura "para todos los niños y todas las familias" según reza su eslogan. Ahora distribuye libros en España, México, Inglaterra y EE.UU. Ella defiende su oficio escudándose en una de las funciones de la literatura: "mostrar horizontes amplios".



Beso entre hombres, ilustración del cuento Rey y Rey.


Reacciones
A pesar de ser defendida desde algunos sectores en pos de la tolerancia, a Mariuxi Mendoza, de 38 años, y una niña, de 9, le alarman este tipo publicaciones. "¡Yo jamás le compraría uno de esos libros a mi hija!", exclama, pues cree que podrían inducir a la homosexualidad. Algunas organizaciones religiosas han ido más allá y han calificado estos libros como una forma de abuso infantil.
Para el psicólogo Samuel Merlano el dilema principal es el de la distorsión, pues los niños todavía no tienen la capacidad de discernir lo que es una funcionalidad familiar y el suficiente criterio de lo que es normal o anormal. "Los niños son más susceptibles a ser manipulados o maldirigidos". Muchas de estas publicaciones ilustradas están dirigidas a infantes de entre 4 y 8 años y para el catedrático son temas que se deben tratar a fondo en la adolescencia.
"Eso no significa que los padres no deban hablar con sus hijos pequeños sobre todo lo que pasa en la sociedad, pero con mucha seriedad...".
La escritora ecuatoriana Edna Iturralde, una de las más prolíficas en literatura infantil y juvenil a nivel nacional, defiende la buena literatura. "Si se demuestra respeto a los niños en su tratamiento y está bien escrito, yo no encuentro ningún problema que se mencionen estos temas en literatura infantil". La autora asegura que es mucho mejor que los niños lean un texto bien escrito y con un buen tratamiento sobre la homosexualidad, a que se enteren de otras formas. "Los niños igual se van a enterar", dice.
Rey y Rey se convirtió en éxito más por su controversial tema que por sus planteamientos estéticos. Termina con un beso entre los dos reyes en su boda y cierra con la frase de todo cuento de hadas: "y vivieron felices y comieron perdices".

Un relato de amor del siglo XIX

Viaje, historia, enigma y un gran tabajo en el Premio Alfaguara de Novela 2009. Andrés Neuman en la frontera de los géneros

La falda de Sophie Gottlieb susurraba por el pasillo. El sonido cosquilloso de esa falda le provocó a Hans cierta ansiedad. Al cabo de unos segundos la silueta de Sophie pasó de las sombras del pasillo a la luz de la sala. (...) A Hans le asaltó una intensa necesidad de alabarla o de salir corriendo. Sin saber qué decir, observó con torpeza: No imaginé que fuera usted tan joven, señorita Gottlieb. Estimado señor, contestó ella con indiferencia, estaremos de acuerdo en que esa es una virtud más bien involuntaria...
El amor vetado del siglo XIX que se cuenta en "El viajero del siglo", comienza así: en la página 43. La obra le valió al escritor argentino Andrés Neuman el codiciado Premio Alfaguara 2009.
El libro contiene varios géneros: entre la poesía, el ensayo, la novela de aventuras, de viaje, historia (cambios sociales) y una pequeña, pero llamativa novela policial.
Todo articulado en el relato sobre un viajero (Hans) que se detiene una noche en Wandernburgo, ciudad alemana imaginaria.
El viajero conoce a un anciano que toca el organillo, emocionado por la música, se acerca a dejarle propina y a conversar. Entablan amistad y la estancia de Hans se alarga. Los días pasan y no consigue marcharse de esa extraña ciudad, que parece retenerlo con toda clase de acontecimientos inesperados y cuyas calles parecen cambiar de lugar.
Con las amistades que va encontrando, la posibilidad del amor que se convierte en certera pasión, un salón de tertulias, la cotidianidad, y con su trabajo de traductor de poesía, se va dibujando toda una época.
Neuman alcanzó lo que buscaba: unir pasión y política, cultura y sentimiento. Como lo pregona el propio protagonista que les exige a las novelas históricas ser un laboratorio para analizar el presente.
¿No es la historia circular? Entonces es natural encontrar coincidencias actuales en temas tratados en el libro: la extranjería, la distribución de la riqueza, el oportunismo y la hipocresía política, los nacionalismos y la emancipación femenina. Es patente el trabajo de filigrana que le tomó al autor cinco años para construir los diálogos, la vestimenta, la realidad diaria de la Europa de la época, en la que se refleja la de ahora.
¿Fue el Alfaguara, solo un premio al esfuerzo? Quiero pensar que no. Porque aunque en su parte central la obra se concentra mucho en las discusiones y los encuentros de visiones sobre la realidad de la época y la acción real transcurre muy lenta, el libro no deja nunca de despertar interés.
El viajero del siglo constituye una laboriosa reconstrucción de la Alemania posnapoleónica de la restauración, pero su mayor valor reside en las circunstancias y el trasiego de sus personajes, en las historias (con minúsculas). También en la prosa exquisita de Neuman, de sugerentes metáforas (como: El sol tibio caracoleaba (...), se derramaba en las sillas como un jarabe o; La noche había caído como una tabla).
En las últimas 100 páginas las resoluciones se precipitan. Se descubre cuál de la veintena de personajes era el violador serial y se resuelve la pequeña historia de detectives. La fatalidad se ensaña con el personaje más entrañable: el organillero. La historia de amor se hace insostenible y aunque se comience a adivinar un triste final, habrá que leer hasta el final para comprobar si los amantes tienen una segunda oportunidad. Una historia de amor capaz de conmover, en una época (la actual) en que los sentimientos son rebajados a la cursilería.


Editorial Alfaguara. 531 páginas. 2009.

martes, 26 de mayo de 2009

Sor Elena, la dama de las palomas

Zona Crónica (Guayaquil, Ecuador)

Dedicó su vida a cuidar a los enfermos. Pero ahora ha decidido ocupar el tiempo que le queda de vida a cuidar y alimentar a los animales.


Fotos: Alex Lima



Desde horas antes cientos de palomas ocupan los cables telefónicos y las torres del ingreso principal al centro comercial Policentro, en el Norte de Guayaquil.
Algunas se posan sobre el busto y ensucian la figura de José Santiago Castillo (Josancas), y otras aves bajan al suelo 'engravillado', donde todas las tardes tiene lugar un festín de maíz y migas de pan.
Las aves revolotean en círculos espantadas por un transeúnte o huyen en estampida, al escuchar el resoplo de animal grande de un bus del servicio público.
Algunas personas se deleitan con el sencillo espectáculo y casi todos se preguntan de dónde habrán salido tantas palomas: cada día parecen aumentar en número.
Para cuando la vieja camioneta Ford, roja y de doble cabina, se sube al parterre y se parquea bajo el puente elevado, junto a los motivos coloridos de uno de los pilares, los alborotados pájaros llenan el cielo y alegran el paisaje.
Parece cuento, pero la camioneta la conduce una anciana de 82 años, de baja estatura y delgada, que apenas puede con las cuatro fundas de maíz y pan. Como en un rito, la dama de los ojos gateados, del vestido azul y del cabello siempre oculto, alimenta a las aves todos los días desde hace 18 años.
Son las cinco y cuarenta de la tarde y los jóvenes que trabajan limpiando parabrisas en el semáforo se apresuran a ayudar a Sor Elena (se rehúsa a dar su apellido, solo así quiere que la conozcan).
Los jóvenes también reciben algún pan o empanada de manos de la anciana.
Se trata de una monja que perteneció a la orden de las Hermanas de la Caridad, que dedicó toda su vida a cuidar a los enfermos y que ha decidido ocupar sus últimos días en los animales. Hasta hace poco trabajaba en el Asilo de Ancianos Plaza Dañín, cerca del punto, aún colabora con el auspicio llevando las donaciones de alimentos que obtiene de conocidos, en comercios y restaurantes.
Pero cada vez le dedica más tiempo a las palomas y los gatos.
La impulsa el amor por lo que ella llama sus hermanos menores.
"Si algo grato y noble ha pisado la tierra son los animales, son muchas veces más agradecidos que los propios seres humanos".
A través de ella se cumple una parte del Evangelio: las aves del cielo no siembran ni tienen graneros, pero el Padre Celestial las alimenta. "Dios nos ha puesto esta mística en el corazón, entonces veo que a través de nosotros (las personas a las que nos gustan los animales) se cumple lo que dice la palabra: el Padre Celestial los alimenta".
Según los jóvenes que trabajan en los semáforos de la intersección de la avenida del Periodista y Plaza Dañín, 'se ve que la monjita disfruta de su labor'. Pocas veces permite que los chicos la ayuden a repartir la comida, ellos se limitan solo a dejarle las fundas junto a la verja que rodea el busto de Castillo.
Siempre en el mismo orden, la anciana desperdiga por el suelo primero las migas del pan viejo, que ha comprado o le han obsequiado y a los que luego les ha puesto agua para ablandar. Luego comienza a lanzar el maíz, las palomas van comiendo por turnos, cuando algunas se espantan, las que esperan en los cables aterrizan en el pequeño espacio triangular.
Sor Elena trabajó por muchos años de enfermera en distintos centros asistenciales de la ciudad. Destina la mitad de su jubilación "a compartir con los seres que necesitan". Un quintal de maíz le dura solo tres días.
Además, hay dos personas que la ayudan económicamente: vieron su labor desinteresada y decidieron colaborarle. Una ayuda que le viene muy bien, pues reconoce que la jubilación cada vez le alcanza menos e invita a personas que le quieran colaborar a acercarse al lugar a donde llega todas las tardes de 17:30 a 18:00.

Josancas. El busto del escritor y periodista José Santiago Castillo (quien fuera director de Diario El Telégrafo de Guayaquil), ubicado a las afueras del Policentro, sirve de pista de despegue de las cientos de aves que se reúnen allí todas las tardes.


Con la Virgen como copiloto
El alimentar a las aves del Policentro le toma una media hora.
Cuando el último pucho de maíz de la última taza se acaba, Sor Elena se guarda las fundas en los bolsillos de su vestido azul y se dirige hacia la Ford roja. Conduce hace 40 años y cuenta con su vieja camioneta desde la época del gobierno de Abdalá Bucaram: el carro son como sus piernas, sin él no podría hacer nada.
No siente miedo de conducir y saca el vehículo con facilidad entre el tráfico feroz de las 19:00. Sienta a la Virgen María a su lado, la convoca: no permitas que me quede sin gasolina, no permitas que se me vare en media calle, llévame de tus manos.
Le va cantando en el camino, lleva a la Madre de Dios en la mente y en el corazón: la siente palpable a su lado y casi nunca le pasa nada.
Conduce a máximo 30 kilómetros por hora, el Ford produce un sonido como de tractor. "No sé ni cómo anda todavía".
Otro ciento de palomas la esperan cerca de allí, a las afueras del Pensionado Cardenal Julius Dofner, en Plaza Dañín. Allí también aguardan ansiosos su llegada Makuko y Koky Ranger, Betthoben y Zuleica, perros de las casas vecinas a las que la monja le suele dar una galleta.
A las 18:50 riega sobre la acera la última taza de maíz cualquiera pensaría que allí termina todo, pero la noche recién empieza para Sor Elena. Conduce hasta su morada a cocinar cabezas de pollo, que ha comprado y faenado en la mañana para alimentar a las decenas de gatos que viven con ella y a otros callejeros en varios puntos de la ciudad: en total son unos 80 mininos.
El periplo de los gatos comienza a las 21:00 y luego se suele parquear a las afueras de restaurantes de la zona de la avenida Orellana, por el hotel Hilton, donde le regalan desperdicios y comida sobrante. Suele llegar a su casa a las 1 de la mañana y al día siguiente, a las 08:30, comienza nuevamente su rutina.
Lavar los trastos del día anterior, comprar las cabezas de pollo y el maíz cuando se necesita. Visitar en la mañana los restaurantes y comercios, en busca de alguna legumbre, de una cabeza de albacora o huesos de chivo que pueda llevar al asilo de ancianos. Regresar en la tarde a hacer las migajas de pan...
La madre reconoce que Dios le dio su vocación y mística de servicio, pero también una pesada cruz, pues su labor requiere de sacrificio y entrega, e implica muchos desprendimientos y renunciaciones.
La mujer creció en el ambiente de servir a los demás, al amparo de las Hermanas de la Caridad con las que estudió. Todos sus familiares cercanos ya han muerto: sus padres y sus seis hermanos.
En Quito tiene algunos sobrinos que ya ni siquiera la conocerán, pues dejó hace 50 años la capital. Siente tristeza de estar tan sola en el mundo y le preocupa quién verá por ella cuando se enferme confía en que Dios, como siempre lo ha hecho, le ponga alguien en el camino. A Sor Elena le da pena pensar qué será de las palomas y los gatos cuando ella ya no esté se pregunta cuántos días la esperarán en vano. "No quisiera morirme nunca y al mismo tiempo quisiera morirme por no ver tanta maldad".

sábado, 23 de mayo de 2009

Diario de "El buscador de oro"

Jean-Marie Le Clézio traza una metáfora sobre el viaje y la búsqueda de la felicidad

30 años narra este libro de Le Clézio, un gran viajero fascinado por los mundos primarios.

Los hombres le ponen precio a la felicidad. Creen que el dinero lo resolverá todo, les devolverá el paraíso perdido, cualquiera que este sea. Y se empeñan en obtenerlo a toda costa. Trabajan duro por él, sueñan con el día en que será suficiente. Quizás comprenden tarde, que la felicidad está en otra parte, está en lo que siempre hemos poseído y que ni siquiera la muerte nos podrá arrebatar.

¿Pero, no es ese proceso de búsqueda algo que también pasamos a poseer? De eso trata El buscador de oro, novela del más reciente premio Nobel de Literatura, el francés Jean-Marie Le Clézio. Una obra cargada de esa inquietud por la humanidad "fuera y debajo de la civilización reinante" por la que la academia sueca lo distinguió con tal alto honor.

Es muchas cosas este libro que parece escrito sin pretensión alguna: exploración del fracaso, novela de aventuras, la historia de un viaje que "es como la muerte, sin retorno". Aquí, no solo que se puede rastrear una parte de la experiencia vital del Nobel, sino también sus obsesiones: las culturas postergadas, la naturaleza, los dilemas del ser humano.


El buscador de oro es la historia de Alexis (Ali), quien narra en primera persona a la manera de un diario. Es desde niño un aventurero, su padre obsesiona su infancia con la existencia de un misterioso tesoro.

Junto a sus padres y a su hermana, Ali vive en el Boucan, en las Islas Mauricio hasta donde emigró la familia de Le Clézio.

Un país insular ubicado al suroeste de las costas orientales de África.

Un paraíso tropical para los dos pequeños hermanos, caminan descalzos, trepan a los árboles, hacen amistad con los criollos, indígenas y negros corren por la arena, escrutan las estrellas, nadan en el mar, como aislados del mundo.

Hasta que en un momento más allá del primer capítulo, un huracán se lleva la vida que han conocido y termina de arruinar a la familia. El padre muere, conocen la pobreza y se exilian en la ciudad lejos del mar, del valle y las montañas, lejos del paraíso que nunca se resignarán a perder. Para recuperarlo, al ahora joven Alexis L'Étang le queda solo su pasión por 'el misterio': las indicaciones del pirata, viejos papeles, un mapa y un criptograma.

Le queda la historia paterna del Corsario desconocido, del tesoro escondido en Rodrigues.
La República de la Isla Mauricio, incluye además las islas de San Brandón, Agalega y las misma Rodrigues. La descripción y belleza de estas y otras ínsulas de la región pasan por las páginas de este libro, con su protagonista a bordo del Zeta, una goleta en la que se embarca en busca de su destino. La travesía marina, la vida a bordo es otra maravilla de subnovela.

La prosa, de una cautivadora belleza, lleva al lector suavemente, como la figura oscura del Zeta sobre las crestas de las olas.

L'Étang se convierte en un hombre que disfruta de la vida primaria, se identifica y se alinea del lado de los oprimidos.

Llega a Rodrigues y se instala en la Ensenada de los Ingleses en busca del tesoro, encontrará el amor en la belleza exótica de Ouma, una aborigen que aplacará su soledad.

Pasará meses, años en la búsqueda, se convertirá en otro, renunciará al tesoro para ir a la guerra (un bloque del libro cuenta las crueldades de la I Guerra Mundial), volverá a Rodrigues. ¿Luego? La ansiedad del tesoro cada vez más cerca, la inusitada fuerza del regreso a Mauricio, el encuentro familiar y un desencuentro con el amor. La certeza de que la vida no juega limpio.

El autor
Jean-Marie Gustave Le Clézio. Una vida cifrada por los viajes.
Nació en Niza, Francia, en 1940, en el seno de una familia emi-grada a Isla Mauricio. Su prime-ra novela El atestado obtuvo el Premio Renaudot en 1963 . De una literatura existencial y de experimentación formal, dio un viraje y pasó a abordar temas como la infancia o los viajes.Editorial Norma. La otra orilla. 291 págs. Colombia, 2008.

domingo, 10 de mayo de 2009

El poeta que enfrenta las morisquetas de la muerte

Foto: Bolívar Parra.


Entrevista a Fernando Artieda, poeta y periodista ecuatoriano.


"Sigo escribiendo porque no me imagino a mí mismo haciendo otra cosa. Porque estoy sentenciado a palabra perpetua".

El escritor guayaquileño Fernando Artieda sabe que "El alcahuete de Onán", libro de poemas que presentó en enero (2009), es el último que publica. "Una terrible enfermedad me está matando a pedazos y es presumible que el tiempo no me alcance para ejecutar otro", escribe en la contracarátula en un texto duro, diáfano y con la lucidez que lo caracteriza.

En ese tono respondió las preguntas que le formulamos vía correo electrónico.

¿Qué supone este nuevo libro en el marco de su producción literaria y en su vida?
En mi obra, asistir a los abismos siniestros de la duda. Yo que siempre fui tan seguro de mí y de mis cosas. En mi vida, acoderar la certeza de que esto ya termina, que está por caer el telón y que es mentira que el espectáculo debe continuar.

¿Hace cuánto escribió estos versos y cuál fue el principal desafío para llevarlos al papel?
Son recientes. Desde que me di cuenta de que me voy a morir de todos modos, creí que sería bueno hacer un balance "check to check" (comparativo) con la cantante calva. Allí me di cuenta que es cierto lo que Kili Gil decía: "aunque el muerto sea narizón any way (de cualquier forma) la calavera es ñata". Pero además es un resumen de anhelos incumplidos, de pecados yuxtapuestos, de esperanzas irredentas, de culpas, de muchas culpas.

¿Qué retos significaron?
La computadora y el temblor de mis manos no me ayudaron mucho, pero seguiré escribiendo hasta el último día. Hasta que mis hijos o mi mujer tengan la paciencia para copiar o grabar lo que les dicte.

¿Quién es El alcahuete y quién Onán?
Según el mito bíblico, Onán desobedece el mandato supremo de embarazar a la ex mujer de su hermano y peca de desobediencia que no de bastardía, cuando escupe su milagro hacia la nada creadora.
Onán es el amor filial a rajatabla. Yo adhiero a él. Soy el alcahuete de su coitus interruptus.

¿Por qué seguir escribiendo?
Buena pregunta para un multimillonario. ¿Para qué seguir trabajando? Yo le digo, porque solo sé leer y escribir. De eso me gané siempre la vida. Porque no me imagino a mí mismo haciendo otra cosa. Porque estoy sentenciado a palabra perpetua. Pero, además, porque -como dijo Jorge Eliecer Gaitán- "yo no soy un hombre, yo soy un pueblo". Y allí, en ese pueblo, está la raíz telúrica de mi canto y el horizonte vertebral de mi destino.

Su definición de poesía.
Mi maestra Aurora Estrada de Ramírez decía: "es la posibilidad de crear belleza a través de la palabra". Medio siglo después yo digo que es la capacidad de hacer milagros aunque estés condenado a los infiernos.

¿Qué fue lo mejor que le dejó la juglaría?
Si nuestro pueblo no lee porque no sabe hacerlo, porque no ha sido suscitado o porque su chirez tiene otras prioridades, que el juglar vaya -pues- y se levante en las tribunas. Es hermoso ver cómo agarran al vuelo la poesía, cómo se aprenden los poemas de memoria, cómo ponen en escena la clave fecunda de su propia jodedera. Eso me dejó la juglaría. Saber que sí se puede. Que la poesía no es un rito histérico de alcohólicos solitarios sino una misa laica para miles. Yo los vi. Nadie me lo ha contado.

¿Y lo mejor del periodismo?
La reportería. El contacto cotidiano con la gente a la hora del dolor o de la concelebración de la alegría. Cuando salimos a las calles para derribar al canalla. Que se vaya, que se vaya.

¿Tampoco los cínicos sirven para los versos, como insinúa uno de sus poemas?
El cinismo ayuda un tiempo como una contribución psicopatológica al gran engaño, pero después se cae. Ser cínico no es bueno casi para nada.
En este poemario ensaya varias definiciones sobre usted mismo.

¿Cómo se resumiría?
Creo que soy un hombre inteligente y bueno que conduce con dignidad el barco de su muerte. Estoy blindado. Por encima del bien y del mal. Por eso es que no pueden tocarme y en cambio yo puedo decirles lo que me da la gana.

¿Qué ha sido lo peor de su enfermedad?
Un accidente de tránsito desató un desorden neuronal en el cerebro que me llevó a la esclerosis lateral amiotrófica. El cerebro ya no manda sobre los músculos y estos van perdiendo masa y movilidad de a poco. Llega un momento en que ya no captas oxígeno y te mueres de un paro cardiorrespiratorio. Es una enfermedad incurable y degenerativa. Para mí, lo peor ha sido ir enmudeciendo. No poder comunicarme, no poder seguir diciendo mis poemas en voz alta, tener que renunciar al "máster de juglaría" del que me hablaba hace poco.

¿Cómo ha sobrellevado las "morisquetas de la muerte", como las llama en uno de los poemas?
Con discreción y decencia. No exhibo mis pústulas ensangrentadas ni clamo conmiseración de nadie. Y no por soberbia sino por el orgullo que me inculcó mi madre cuando citaba a Montalvo: "Roto es descuido. Zurcido es pobreza", me decía Ana Matilde.

¿De qué se arrepiente?
De no haber tenido el suficiente valor para entregar mi vida por la revolución que soñé desde casi niño. De tener que vivir la vergüenza de verla prostituida en manos de ex comunistas que se vendieron a un déspota ilustrado por una miserable menestra de lentejas.

Si volviera a nacer, ¿qué le gustaría ser?
Solo mejor poeta. Es decir, más profesional. Más seguro de que "la muerte es solo un ratito... el canto, la eternidad". (AGV)

*Ficha
Nombre:Fernando Artieda. (Guayaquil, 1945).
Quién es: Ha ejercido el periodismo por 45 años en diversos medios y publicado ocho libros entre narrativa, ensayo y poesía. Pero es principalmente un poeta, un juglar: ha dado recitales con acompañamiento musical ante miles de personas.

Su laureado poema "Pueblo, fantasma y clave de Jota Jota", sobre la muerte del cantante Julio Jaramillo (El ruiseñor de América) alcanzó hondos niveles de percepción popular.

Prácticas del Opus Dei en una novela

Editorial Planeta. 222 páginas. Barcelona, España, 2008.

"Justos por pecadores", libro con vocación de denuncia. El Escritor colombiano Fernando Quiroz revela intimidades de una congregación católica.

Decir que un libro se lee de un tirón, de una sola sentada habla muy bien de él, de su dinámica y eficacia. Ahora bien, en las novelas realmente geniales el lector puede dosificar la lectura para degustarla en sus más pequeñas notas. Justos por pecadores -finalista del Premio Planeta- aunque es una buena novela no requiere de esa dosificación. Es una historia de trama sencilla, lineal, para tomársela de un sorbo.
Sea en la página 25, en la 60 o a la mitad del libro se puede llegar a creer que la historia llegó a su tope, que el resto es previsible y que ya nada nos puede sorprender. El escritor colombiano Fernando Quiroz encuentra siempre la forma de renovar el interés. Nos muestra nuevas aristas, revelaciones o recurre a otros personajes para sustentar giros.
Lo verdaderamente impresionante del libro es el mundo que recrea, el de las prácticas de una secta religiosa que recuerda a las más extremistas o a las medievales. Se trata de un ala conservadora de la Iglesia Católica: el Opus Dei (obra de Dios).
La novela relata la historia de Vicente Robledo, un hombre que después de diez años en la congregación encuentra una razón poderosa para abandonarla e intenta dejar atrás una vida de miedos y culpas que le impiden relacionarse sentimentalmente.
Según la novela, muchos de los miembros están obligados a permanecer enclaustrados en sus sedes, prácticamente asilados del mundo exterior y sobre todo de las mujeres. También se someten a la autoflagelación con látigo y cilicio. Este último es un brazalete de metal con decenas de pequeños clavos apuntando hacia dentro y que "los elegidos" deben atar todos los días durante dos horas a uno de sus muslos, lo más apretado posible "para espantar las debilidades de la carne".
El uso de las disciplinas, como las llamó el creador de la orden (Escrivá de Balaguer), son solo el comienzo del escándalo. Más grave son las manipulaciones, "el lavado de cerebro" y los oscuros propósitos de "la obra".
Vicente decide escapar de la casona donde permanece junto a sus "hermanos" cuando descubre que lo han estado medicando una vez que dio síntomas de rebeldía. Además, le han ocultado una carta de su padre, al que gracias a los dogmas de la "secta" llegó a repudiar por mundano. En ella, su progenitor le comunica que padece una enfermedad terminal y que quiere volver a verlo antes de morir.
Si creen que allí terminan las sorpresas, están equivocados, para mencionar solo una más: al entrar a la secta, Vicente firmó un documento en el que cedía todos sus bienes a la Congregación y por tanto también la herencia de su padre.
El hombre escapa y en el mundo exterior se adivina indefenso, como "un niño al que hay que solucionarle todo", como si volviera a la edad en la que comenzó a desconectarse del mundo, ingresó al Opus a los 14 años. Su renacimiento coincide con una despedida.
"No soy yo quien vengo a acompañarte en tus últimos días, sino que eres tú quien deberá alistarme para una nueva vida", le dice Vicente a su padre.
Fernando Quiroz ha dicho que fue parte del Opus por más de una década a pesar de su experiencia personal realizó una exhaustiva investigación de esta congregación y se contactó con otras personas que la habían abandonado para construir su novela. Aún así, no se puede determinar qué hechos son ciertos y cuáles pertenecen a la ficción.
Si al menos en esto no mintió, en una de las sedes de la congregación -como si se tratara de un batallón de inteligencia- talvez se recorte y archive este artículo y mi nombre se consigne en la lista de los enemigos de la orden.

El autor.-
Fernando Quiroz (Colombia 1964) ha sido editor cultural y columnista del Diario El Tiempo de Colombia. En el 2002 publicó su primera novela "En esas andaba cuando la vi", y en 2006 apareció "Esto huele mal", que cuenta con varias ediciones y que en el 2007 fue llevada al cine. Con "Justos por pecadores" ha sido finalista del Premio Iberoamericano de Narra-tiva PlanetaCasa América 2008.

jueves, 11 de septiembre de 2008

"Con el teatro se puede ensayar la vida"



Foto: Juan Faustos


Entrevista al dramaturgo argentino Arístides Vargas

Un padre viaja a la Patagonia a visitar a su hijo, un preso político en la época de la dictadura argentina de los años 70. Al volver a casa, luego del periplo, el hombre muere de un ataque al corazón. Esa es la historia que ronda a Arístides Vargas, dramaturgo argentino radicado hace más de 30 años en el Ecuador.

Cuando estuvo dispuesto a escribir la historia de su padre y de su hermano (hizo el viaje y visitó la cárcel) terminó creando otra obra: “La razón blindada”. “Las obras no las elige uno, ellas eligen al escritor”, dice. “Y está bien que sea así, porque eso hace que uno escriba permanentemente en busca de esa obra perdida en su interior”.

Vargas, director-fundador del grupo quiteño Malayerba, y quien llegó exiliado al Ecuador en 1976, está en Guayaquil para dictar un taller de dramaturgia en el marco del XI Festival Internacional de Artes Escénicas de Guayaquil.

¿Cómo marcó el exilio su forma de hacer teatro?
El exilio se manifiesta en un especie de no espacialidad concreta. Siempre he trabajado en una franja errante, nómada, que no tiene un sitio específico, pero sí se lo reconoce como América Latina. El exilio es terrible, pero da la posibilidad de que una memoria se conforme de muchas memorias.

¿Su estancia en Ecuador le ha quitado incluso su acento argentino?
Todo el mundo cree que soy costeño, guayaquileño o manabita, porque ya no hablo como argentino. Son las mezclas propias de esta época; creo que este teatro que yo escribo, de pronto ha cobrado mucha actualidad, justamente porque en estos tiempos la gente se mueve mucho.

¿Su dramaturgia marcada por la poética del humor y la amargura, termina reflejando el problema de la migración?
La migración también es una suerte de exilio. Es decir, el espacio en el que uno está no lo protege y si no lo protege lo expulsa de una forma u otra. Lo puede también expulsar bajo el eufemismo de “voy a buscar nuevas fronteras o nuevos espacios para ver si progreso”. Ahora el exilio es económico, yo creo que sigue siendo injusto, por eso ese perfil de amargura.

¿También por eso, el tono de desesperanza?
No es que sea un escritor desesperanzado, sino que la esperanza la dejo para que la tome el espectador. Hay telenovelas suficientes que mienten vendiendo la felicidad. Yo pretendo ser un autor que trabaja con los materiales de la realidad.

¿Le sigue obsesionando, aquella historia sobre el viaje final de su padre?
Esa experiencia la he querido llevar a la dramaturgia. Siempre he querido escribir esa obra y nunca he podido. Uno lleva una obra en su cabeza y termina escribiendo otra.

¿Se ha reconciliando con el hecho del exilio y con su país?
Me he reconciliado a medias, porque uno no termina de aceptar estas formas de castigo. En el año 76 llegué a Ecuador y pasaron dos hechos fundamentales para que me quedara; el Estado me retiró el pasaporte, mucha gente ecuatoriana me dijo, “quédate de ilegal y nosotros te protegemos”, yo confié en ellos y fíjate que ha sido una gran cosa. Desde entonces creo que los países no son paisajes, sino que son personas. Cuando yo digo Ecuador, no me refiero al mismo Ecuador del que hablan los políticos, yo hablo de un país conformado en su gran mayoría por gente extraordinaria y humanamente solidaria.

El taller que dicta esta semana trata sobre la estructura del drama. ¿Qué es lo que se pretende en este curso?
Hay muchas estructuras, muchas teatralidades. Es importante siempre que en primer lugar se reconozca la multiplicidad de posibilidades. En el taller se plantean una serie de ejercicios relacionados con diversas formas de escribir desde el lenguaje mismo.

Pero ese lenguaje en el teatro tiene sus propias particularidades...
Claro, es un texto para ser dicho y no para ser leído, por eso se acerca más a la poesía que a la narrativa desde mi punto de vista. El teatro es un texto agujereado, incompleto; puede ser leído autónomamente, pero solo alcanza la completitud cuando se enfrenta al “otro”. Todo depende de la interpretación y de la lectura que haga el que representa la obra, y el texto revive cada vez que se pone en escena. Quiero decir con esto que es una palabra en transición, en transito hacia las posibilidades de ser leído, montado y puesto en escena. El buen texto dramático, no es aquel que uno lo puede leer y decir, “ay, qué bueno, me gusta”, sino aquel que posibilita la mayor cantidad de lecturas en el escenario; los clásicos son un ejemplo de eso.

¿Se refiere a la posibilidad de reinvención?
A la posibilidad de ser traicionado; decía Borges que es mejor traicionar a otros que traicionarse a sí mismo. Yo como autor soy bastante desprendido con mis cosas, no tengo el prurito de la propiedad y admito la traición.

Usted inició actuando, luego con el grupo Malayerba se hizo director y dramaturgo. ¿Cuál faceta prefiere ahora?
En realidad, me gusta todo lo relacionado con las tablas, he hecho hasta iluminación, y creo que ese gusto radica en el hecho de que el teatro es mucho más leve, mucho más impredecible y más fantástico que la vida.

Permite recrear la realidad...
Se puede ensayar la vida. Aunque, en la vida nunca lleguemos a estrenar, es un ensayo y nada más.

>> Ficha

Nombre:
Arístides Vargas. (Córdoba, Argentina, 1954)
Quién es:
Estudió Teatro en la Universidad de Cuyo. En 1975 tiene que exiliarse en el Ecuador debido al golpe militar. Es fundador de uno de los gru-pos más prestigiosos de América Latina: Malayerba, que dirige en la actualidad. Entre otras, es autor de las obras: “La muchacha de los libros usados”, “Donde el viento hace buñuelos” y “Jardín de pulpos”.
(Publicado también en Diario Expreso de Guayaquil 09/09/2008)

martes, 29 de julio de 2008

Chiquita, una cuerda floja entre realidad y fantasía

Foto: Bolívar Parra


Entrevista con Antonio Orlando Rodríguez Premio Alfaguara 2008.

Cuenta que a los ocho años esscribió su primer best seller, un cuento sobre un oso del zoológico que se escapó de su jaula porque quería ser vigilante de tránsito. “Lo leyeron todos los compañeros de mi clase”. La carrera literaria de Antonio Orlando Rodríguez se ha escalonado entre la literatura infantil y sin etiquetas. Aunque su más reciente publicación es una novela para adultos, es también una historia con olor a infancia. Con Chiquita, que narra la vida de una cantante cubana que en su vida adulta medía solo 66 centímetros, ganó el Premio Alfaguara de Novela 2008. El escritor cubano estuvo en Guayaquil para presentar su libro y hablamos con él sobre el personaje que le cambió la vida.

Usted usa en este libro el tópico del manuscrito, que dota a la historia de realismo, ¿pero, no es un recurso muy viejo?
Es un recurso que han utilizado los novelistas desde tiempos muy antiguos. Ayuda a darle verosimilitud a la novela, a que el lector entre de una manera muy fácil en ese juego que se propone, pero el recurso no por viejo ha perdido efectividad.
El narrador encuentra la historia en una barata de libros. ¿Cómo encontró usted a Chiquita?
Yo encontré la historia de otra forma, mucho más moderna, gracias a la tecnología, porque una amiga me envió por correo electrónico las fotografías de Espiridiona Cenda, “Chiquita”. Ahí me enteré de la existencia del personaje, fue la primera vez que escuché de ella, y a partir de ese momento empecé a investigar sobre su vida, eso fue hace ya seis años.
¿Qué tanto hay de realidad y de ficción en la novela?
Soy un mentiroso profesional y no voy a revelar cuánto de ficción y de realidad hay porque un mago nunca dice al público cual es el “secreto”, pero lo que le voy a decir es que la novela es como una cuerda floja, tiene un extremo atado a la realidad y el otro extremo atado a la fantasía, el lector está invitado a caminar por ella.
¿Luego de encontrar el personaje, cómo fue el proceso de armado de la obra?
Fueron cinco años dedicados a esta novela, tuve primero que investigar sobre la vida del personaje y después estudiar la época, cada ciudad por la que ella pasó, acontecimientos históricos, en una época muy compleja.
¿La obra es también un fresco histórico?
Por supuesto, se presta más atención al personaje, pero sin descuidar el telón de fondo que es como la revisión de toda una época, del cambio del siglo XIX al siglo XX en Cuba y EE.UU.
En algún momento el narrador reconoce un bloqueo al momento de contar la historia. ¿Esa incertidumbre fue también la suya?
Tuve incertidumbres de otro tipo, fue un libro difícil de escribir, me generó muchas dudas, hasta el final no estuve convencido de que estuviera logrado, por suerte finalmente me di cuenta que el libro ya se parecía bastante a lo que había imaginado, pero fue un proceso muy arduo, con muchas dudas probando muchas formas, reescribiendo pasajes completos.
¿Un proceso tortuoso?
La escritura fue difícil, quería que fuera un libro muy fácil de leer, muy transparente, muy dinámico y todo eso me exigió mucho trabajo. Es lo mejor que yo pude escribir en ese momento.
Chiquita es una novela con muchos guiños acerca de lo infantil...
Mezclo elementos que son propios de las historias infantiles con elementos de novelas para adultos, el resultado es lo que se podría catalogar como una especie de cuento de hadas no apto para menores.
El premio es también un compromiso para el futuro con sus nuevos lectores...
Siempre cuando ganas un premio como este tienes sobre ti muchas miradas, una gran presión. Yo trataré de escribir un próximo libro, sin que eso interfiera mucho, tratando de divertirme, tratando de contar una buena historia, tratando de que me guste básicamente a mí; porque pienso que los libros primero tienen que gustarle a quien los escribe, para que tenga la posibilidad de gustarle a otras personas. Que te guste a ti es lo que lo hace auténtico y lo que puede hacer que encuentre resonancia.
¿Ya tiene pensado de qué se va a tratar el próximo libro?
También va a desarrollarse en el pasado, me gustan mucho las historias que transcurren en el ayer. Me encanta todo ese trabajo de arqueología histórica para hacer la escenografía del libro, esa puesta en escena. Va a ser un libro que se desarrollará en La Habana a principios del siglo XX, solo que esta vez va a tener un protagonista masculino.
¿Un personaje histórico, como Chiquita?
Chiquita es un personaje muy singular que había caído en el olvido y extrañamente, tuvo la suerte de un descubridor por así decirlo. Me encantó trabajar con ella, me fascinó su independencia, su temperamento, tuvo todas las exigencias de una diva pero en miniatura y me encantó también recrear su vida amorosa , escandalosa, incluso para el día de hoy. Una mujer atrevida con mucha fuerza, con mucha autenticidad, pero es un personaje que se presenta una sola vez en la vida.

Ficha personal
Nombre: Antonio Orlando Rodríguez. Nació en Ciego de Ávila, Cuba en 1956. Escritor, editor y periodista. Licenciado en periodismo en la Universidad de La Habana, aunque nunca ha sido “un periodista de 24 horas”. Es autor de la novela para adultos Aprendices de brujo (Alfaguara 2002) y de obras para niños como El rock de la momia y La isla viajera.

sábado, 2 de febrero de 2008

Vuelve Rambo, más viejo, pero con más balas

Sylvester Stallone es un pacifista convencido. Lo que pasa es que se expresa a golpe de metralleta.

Tres muertos por minuto es el promedio de la cuarta entrega, que lleva como titulo John Rambo.

La progresión de cadáveres ha sido espectacular según calcula la prensa británica: uno en Acorralado; 69 en Rambo II, 132 en Rambo III y 236 en la que parece no ser la última de las secuelas.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Bolaño inconcluso

Relatos póstumos de autor chileno recogidos en El secreto del mal

Recreadores de una realidad que no puede ser abarcada en su totalidad, los escritores se debaten en un constante dilema: qué decir y qué callar; qué contar y qué dejar a la imaginación. Unos pocos, usan la economía literaria a su favor y hacen del escamoteo un estilo, al ocultar información en sus relatos y novelas.

Es el caso de la obra narrativa de Roberto Bolaño, marcada por lo que se ha venido a llamar una 'poética de la inconclusión'.

Con mayor razón, esa 'poética' está presente en El secreto del mal, un conjunto de relatos póstumos que fueron rescatados del disco duro del computador del escritor chileno, luego que una insuficiencia hepática terminara con su vida en el 2003. El volumen fue publicado este año (2007) por editorial Anagrama.

Como su propia vida, estos relatos de Bolaños están incompletos sea por naturaleza o por circunstancia. Algunas piezas son sólo esbozos narrativos, otras pueden leerse como relatos plenos, pero ya se advierte en una de las narraciones: "este tipo de historias no tienen un final".
Hay en todos los cuentos una gran brecha (o vacío), que irremediablemente no puede ser llenada y de cuya configuración o naturaleza el lector sólo puede tener sospechas.

Al menos en dos relatos se puede adivinar el comienzo de una novela. En Daniela, por ejemplo, texto de gran fuerza, una anciana rememora cómo en una vieja estancia un peón la desvirgó medio a la fuerza, medio a voluntad, a la edad de 13 años. Un relato que emociona. Hasta se perfila como una gran historia, pero a la tercera página, el arrebato narrativo se detiene de súbito.

Estos comienzos contundentes, de textos que fueron abandonados o postergados quizá, para ser retomados después, se repite algunas veces en el libro. Otras son historias con finales abiertos, como en el caso del cuento que da nombre al volumen, ubicado de segundo en el orden de aparición y que constituye uno de los relatos más inquietantes de todos.

Una llamada en la madrugada, despierta al periodista estadounidense en Paris, Joe A. Kelso. La voz enigmática del otro lado de la línea le pone una cita urgente en un puente cercano para proporcionarle una información de la cual no da adelanto. Kelso acude intrigado, quizá sea ya muy tarde cuando contempla la posibilidad de que puede tratarse de una trampa.

La literatura de Bolaño es sólo la insinuación de algo mucho más grande. El crítico y editor del volumen Ignacio Echevarría, dice en ese sentido que en su narrativa la irrupción del horror determina, se diría, la interrupción del relato; pero el 'horror' es sólo uno de los sentimientos a los que remite la literatura del autor chileno, cuya fama no deja de crecer.

Destacan de esta colección la amenidad y fuerza de la escritura del autor y su capacidad para hacer de cualquier hecho un acontecimiento narrativo. Reaparece aquí, joven e inédito, el poeta del realismo visceral Arturo Belano, personaje, voz presente de anteriores obras y alter ego del escritor, quien protagoniza tres de estos relatos tardíos.

Diecinueve piezas componen el libro, de ellas dos son textos no narrativos: Derivas de la pesada y Sevilla me mata, que los editores decidieron agrupar allí para no perder la costumbre que Bolaños tenía al respecto.

La segunda de estas, es el texto de una dura y casi impronunciable conferencia acerca de la condición del escritor latinoamericano y en el que Bolaño califica a los autores del Boom como 'pedofilos y asesinos' de las nuevas generaciones de escritores. Una aseveración entendible, pues los narradores del Boom Latinoamericano escribieron tanto y tan bien, que es como si pensaran o quisieran (?) que después de ellos no existiera literatura posible.

El hijo del Coronel, es otro de los buenos relatos del volumen. En él, un narrador español, a decir por sus expresiones, comienza diciendo que la noche anterior vio por televisión una película que parecía su biografía, como un resumen de sus días en el 'puto Planeta Tierra'.

En un estilo conversacional, el español nos cuenta la película como si se la contará a un amigo. Es una cinta truculenta, de serie B, pura sangre y bajo presupuesto, pero pronto descubrimos que su tema central son los zombis, con la consecuente sorpresa que ello puede provocar.

¿Cómo podría una cinta de este tipo, ser casi la biografía de un hombre que se ubica en un plano de realidad?. Trazando una comparación, la relación de parecido es meramente simbólica. El cuento (por no decir el libro), de una profundidad que se sustenta en el vacío, trata en realidad, por debajo de las formalidades, sobre las relaciones humanas y los abismos insalvables entre las personas.

Al final, un extracto de El hijo del Coronel que determina la naturaleza narrativa de todo el volumen. Es "como si vierais, por ejemplo, Parque Jurásico, y no apareciera ningún dinosaurio por ninguna parte, vaya, como si en Parque Jurásico nadie mencionara ni una sola vez a un jodido reptil, pero la presencia de estos fuera omnipresente e insoportable".

La universidad desconocida

En el 2007 ha aparecido simultáneamente con la colección de relatos póstumos, uno con los poemas narrativos o la prosa poética de Roberto Bolaño. Los poemas mecanografiados de La universidad desconocida, los dejó listos para su publicación en una carpeta justo antes de muerte y según los editores es una auténtica suma de su poesía durante los años decisivos de su formación literaria. “Creo que en la formación de todo escritor –afirmó Bolaño– hay una universidad desconocida que guía sus pasos, la cual, evidentemente, no tiene sede fija, es una universidad móvil, pero común a todos”.

martes, 9 de octubre de 2007

Sexo y literatura contra La Revolución

La Cuba más cruda, retratada en un libro por Pedro Juan Gutiérrez

“No me interesa lo decorativo, ni lo hermoso, ni lo dulce, ni lo delicioso. (…) El arte sólo sirve para algo si es irreverente, atormentado, lleno de pesadillas y desespero. Sólo un arte irritado, indecente, violento, grosero, puede mostrarnos la otra cara del mundo, la que nunca vemos o nunca queremos ver para evitarle molestias a nuestra conciencia”.


Hambre, sexo, ‘mariguana’, política, erotismo, ron y un poco de humor copan las 359 páginas de relatos unas veces conmovedores, otras repulsivos de ‘Trilogía sucia de La Habana’. Es el libro, en gran medida autobiográfico, que lanzó a la fama al escritor cubano Pedro Juan Gutiérrez y en el que plasma una realidad tan dura que es difícil de creer.

Con un lenguaje fuerte y apretado, de frases cortas, plagado de puntos seguidos, asistimos a lo que el autor ha denominado como un strip-tease literario demasiado prolongado.

Aunque a Gutiérrez dice no interesarle la política, no da declaraciones en esa materia, en su literatura etiquetada como ‘realismo sucio’, pasajes de sexo duro y de realidad descarnada sirven como pretexto para ocultar un discurso antirrevolucionario.

El discurso, intencionado o no, toma fuerza por acumulación y sorprendentemente no le quita valor, ni interés, a una obra que puede ser abordada, entre sus posibles lecturas, como un testimonio, una crónica de su tiempo.

Anclado en tierra de nadie, Nada que hacer y Sabor a mí, son los tres grupos de relatos cortos que integran la Trilogía y que acertadamente fueron recogidos en un mismo tomo, pues conforman una unidad temática, temporal y terminan por leerse como una novela.

Con un estilo narrativo muy natural, desde la primera persona y utilizando su propio nombre, Gutiérrez, nos zambulle en la época de la gran crisis, La Habana de mediados de los noventa. Revisamos su lucha diaria por sobrevivir, la de sus congéneres y de paso nos da un 'tour' por la Cuba que pocos conocen.

La Isla donde los salarios gubernamentales no dan ni para sobrevivir una semana y donde ‘con cualquier cosita que vendan sacan tres veces ese salario’. Allí en donde ‘por decreto se abolió la Navidad , la Nochebuena , los Reyes Magos y todo eso’. La Cuba de las salidas suicidas para Miami en balsas enclenques.

Es un 'tour' antropológico y con un valor agregado: Gutiérrez sabe que sus libros no se comercializan en Cuba y que la mayoría de sus lectores nunca han puesto un pie en la Isla.
Es la historia también de Centro Habana, populoso barrio de la capital caribeña en donde reside el escritor, con toda su descomposición y su diversidad humana. Allí se mezclan hacinamiento, olores nauseabundos, exhibicionismo, santería, voyeurismo, suicidio, hambre sobre todo y aún así, ¡los cubanos no dejan de hacer el amor!

Lo hacen en (y por) todas partes, en el Malecón, en un parque, muchas veces por sólo gusto, otras como el caso de las ‘jineteras’ para ganarse la vida.

Y allí está Pedro Juan, viéndolo y contándolo todo; él, como muchos de sus personajes, se recluye de la soledad en el sexo. ‘Templa’ con cuanta mujer se le pasa por delante. Le duele ver tanta miseria ‘y tanto teatro político para disimularla’, pero eso no lo ablanda, se cubre con una coraza de indiferencia sobre otra, no le importa nada, ni nadie, es su forma de sobrevivir.

Intercaladas con toda esa realidad, sutiles críticas al sistema cubano y a veces no tan sutiles. “Cuba en plena construcción del socialismo era de una pureza virginal, de un delicioso estilo inquisición”, se lee en una parte del libro. En otra: “La Política es el arte de engañar bien”.

Las críticas al sistema algunas veces están en boca propia, otras veces las pone en labios de sus personajes.

“El gobierno lo tiene todo abandonado (…) en ninguna parte del mundo el gobierno se puede ocupar de todo. Por eso este barrio se ha puesto así”, dice Dalía, una anciana cuyo apartamento está a punto de derrumbarse y con quien el destino será implacable.

Otro personaje ya no recuerda la última vez que vio un gato, ‘la gente se los ha comido. Y mientras las ratas acabando con las casas’. Los que mandan no se imaginan lo que es vivir así, se dice el narrador.

Los crímenes aunque sean pasionales no se publican en los periódicos: Todo debe estar bien. Una sociedad modelo no puede tener crímenes ni cosas feas. “Pero lo cierto es que hay que saber. Si no tienes toda la información no puedes pensar, ni decidir, ni opinar. Te conviertes en un tonto capaz de creer cualquier cosa”, dice Pedro Juan, él mismo un periodistas desencantado.

Pero no todo es desesperanza, a pesar de las dificultades, al igual que el propio protagonista, esas personas que tienen que rebuscarse la vida, que viven situaciones límites día a día, dejan espacio para que una sonrisa brote de sus labios y tienen una enorme voluntad de vivir.

El desparpajo con que hablan los cubanos es recogido muy bien por Gutiérrez y es capaz de arrancar risas al lector incluso en situaciones en donde parecería que no se justifican.

Una última advertencia: los encuentros sexuales pueden ir más allá de lo pornográfico. “Es que el sexo no es para gente escrupulosa. (…) Sí sólo es ternura y espiritualidad etérea entonces se queda en parodia estéril de lo que pudo ser”, palabras de ‘Pedrojoan’.

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El caso Arenas
Cuando en 1966, sacó clandestinamente de la Isla su novela, El palacio de las blanquísimas mofetas, y está se publicó en Europa, Reinaldo Arenas (1943–1990), poeta, novelista y dramaturgo cubano, terminó por ganarse la total hostilidad del gobierno de Fidel Castro.

Desde entonces y pese a que fue colaborador de la revolución en su juventud fue marginado, perseguido por la policía política y encarcelado en los años setenta.
Arenas, quien enfrentó también la exclusión por su homoxexualidad, combatió contra el régimen de Castro a través de su arte. Terminó sus días en el destierro, logró escapar a Nueva York, donde le fue diagnosticado el virus del SIDA en 1987 y donde optó por el suicidó en el año 90.


Pedro Juan Gutiérrez ha tenido la suerte de no ser apresado, ni perseguido por causa de su literatura. Hizo lo mismo que Arenas, entregó varios libros suyos para que fueran editados en Europa a una francesa que conoció cuando esta fue a Cuba como jurado del concurso Casa de las Américas.


En la actualidad Gutiérrez puede incluso salir de Cuba para promocionar su obra en otros países. Se ha beneficiado de la lucha 'casi suicida' que emprendieron a finales de los años 80 grupos defensores de derechos humanos y que flexibilizaron la política de régimen al respecto.

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Pedro Juan Gutiérrez
(Matanzas, Cuba, 1950). Desde muy joven ejerció los más diversos oficios. Vive en La Habana. Actualmente, alterna su tiempo entre la pintura y la escritura. Por veintiséis años fue periodista en su País. Es autor de varios libros de poesía y una novela policíaca.
Entre 1998 y 2003 publicó los cinco libros del Ciclo de Centro Habana que le valieron notoriedad mundial. El Ciclo está integrado por Trilogía sucia de La Habana, El Rey de La Habana, Animal tropical (Premio Alfonso García-Ramos de Novela 2000, España), El insaciable hombre araña y Carne de perro (Premio Narrativa Sur del Mundo 2003, Italia). Estas obras de Gutiérrez giran en torno a la realidad cubana y a su casi ubicuo personaje y alter ego, Pedro Juan.

sábado, 25 de agosto de 2007

'Toco tu boca' : Cortazar


"(...) las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los
labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella".


Es apenas un fragmento del poema, que el video presenta completo. Uno de los tantos poemas que el escritor argentino Julio Córtazar introdujo en su libro más famoso y que leído bajo el ritmo cadencioso de su voz ronca, afrancesada, adquiere nuevas resonancias y una belleza que acaricia el erotismo.

El video es ilustrado, entre otras, con imágenes del autor de cuentos como La noche baca arriba, La autopista del sur y referente del boom latinoamericano.

Es el Capitulo número 7 de Rayuela, la más grande novela experimental que se haya escrito jamás en lengua española.

La novela propone dos lecturas (el autor sugiere que pueden ser infinitas): una de la manera tradicional, empezando por la primera página y siguiendo el orden normal hasta que ponga Fin; y otra leyéndola en un minucioso orden de capítulos establecido en el Tablero de dirección que figura en las primeras páginas del libro.

De seguir el orden propuesto por el autor, un lector hipotético, disciplinado quedaría atrapado. Tendría que continuar leyendo el libro por el resto de su vida, pues en ese orden de apariencia caprichosa el capitulo final siempre remite al comienzo, es decir, al primero en el mencionado Tablero de dirección.

Leer.- Rayuela, orden convencional.

Leer.- El argentino que se hizo querer de todos.

Rayuela.- Capitulo 68

Audiovisual.- El aplastamiento de las gotas.

Paul Potts, de patito feo a un cisne de la canción

Potts demostró que la ópera también puede ser apreciada por la gran masa y que para ser una estrella no hay que ser bello (del modo convencional). Llegó con los ojos llorosos al reality show, apenado, como pidiendo disculpas por estar allí y resultó vencedor. De vendedor de celulares a un gran tenor de fama.



Agencias.- El galés Paul Potts es el sueño dorado de cualquier productor de un reality show. El hasta hace dos meses vendedor de teléfonos celulares es la nueva sensación de la larga lista de ganadores de programas de talentos que se inició en el Reino Unido y que se ha propagado por los cinco continentes.

Es la antítesis de la estrella de la pantalla chica. Regordete, con los dientes retorcidos e inseguro. Su inseguridad fue evidente aquel 9 de junio cuando su audición ante los tres jueces de Britain’s Got Talent fue televisada.

Ante el jurado, liderado por el famoso Simon Cowell (creador y productor de American Idol, considerado realmente despiadado en este tipo de shows), Potts anunció esa noche que venía a "cantar ópera".

La decepción anticipada se podía leer en la mirada de los jueces, y en el suspiro de fastidio de Cowell. Eso fue hasta que el cantante amateur comenzó su interpretación del Nessun Dorma de Giacomo Puccini.

El público en el estudio arrancó en aplausos, hubo más de una lágrima derramada y hasta el propio Cowell quedó con la boca abierta luego del minuto y 42 segundos que Potts estuvo en el escenario.

Este casting ha superado los 10 millones de descargas del popular servidor de videos Youtube, y lo cierto es que llega a poner los pelos de punta por la carga emotiva que desprende esta historia del patito feo convertido en Cisne de sonrisa mellada.

Finalmente Potts, ganó el concurso televisivo con las cien mil libras de premio , se conviertió en un fenómeno mediático y en un mes pasó de vender móviles a actuar en Nueva York , grabar su primer álbum One Chance (Una Oportunidad) de disponer de su propia web: www.paulpottsoficial.com además de tener concertado actuar ante la Reina Isabel II durante la Royal Variety Performance.

Video.- Vea a Paul cantando en la semifinal del Reality.

Video.- Potts en la final del evento.

martes, 31 de julio de 2007

Couscouskid: Ilustración refrescante y erótica


"Un lugar eterno donde la fantasía y garabatos de cuento de hadas se combinan con la intriga, el misterio y el sexo. A primera vista todo es como parece con las insinuaciones de abandono de años sesenta, pero la inspección más cercana
revela un humor de siglo XXI y la libertad física ocultada entre las formas sublimes y ridículas".

Garabatos, collage, trabajos con vectores es lo que se puede encontrar en la página couscouskid, del ilustrador y diseñador Mathew Star Thomas.
Allí se puede apreciar su trabajo personal y las intervenciones que realiza sobre fotos de otros autores. Es la nueva ilustración que se utiliza en sitios web y publicidad.
Las ilustraciones de Mathew están en algún sitio entre el filo del nuevo género en la ilustración contemporánea y la ingenuida del pasado.

Cuando la ilustración roza el arte y se convierte en un negocio de alto impacto

"Ofrecemos una actitud experimental para diseñar que es valiente e
intuitiva".
Jimmy Turrell - Fundador SafePlace
SafePlace, un colectivo de artistas, diseñadores, ilustradores y nuevos visionarios de medios de comunicación se unen para sorprendernos en una explosión de color y significado.


Es una empresa que crea alta ilustración, diseño gráfico, imágnes en movimiento y diseño web. Entre sus clientes está la marca de zapatos y ropa deportiva Nike y un par de revistas juveniles newyorquinas.
"Su propuesta es atrevida, refrescante y contemporánea. Inspirada en la cultura urbana, el grafitti, los video juegos y el rap, sabe extractar y crear nuevos significados con los símbolos populares", dice Gusdigital en su blog Digital Book.


sábado, 28 de julio de 2007

La pottermanía hace estragos en la Web

Estragos para los editores y la escritora del último libro de la saga del joven mago. Grupos de aficionados han traducido al español "Harry Potter y las reliquias de la muerte" y la ha colgado en el Internet para que cualquiera pueda leerlo o bajarlo totalmente gratis.

La traducción fan se completó a menos de una semana de haber salido a la venta la publicación en inglés.
^-^
Los piratas virtuales se adelantaron
Son varios los blogs que lo publican, uno de ellos Proyecto DH, lo hizo el miércoles 25 de julio de 2007. El lanzamiento en castellano de la obra estaba prevista para finales de año o comienzos de 2008.
Pero ese no es el único blog anónimo en donde se puede leer el libro con cierta fidelidad al original. Spanish Hallows (reliquias españolas), es otro de los blog en el que se pueden leer las últimas aventuras de Potter.
La entrada principal del portal, es un índice de enlaces con los títulos de los 36 capítulos del libro, el epilogo e incluso la dedicatoria traducida al español y fue publicada tan sólo hace 2 días (26 de julio del 2007).
Hasta el momento de esta publicación ha alcanzado 1.838.892 visiones y el contador sigue en aumento. Algunos ya vaticinan que el sitio quizá dure poco en la red, pues las editoriales que tienen los derechos del libro harían todo lo posible por sacarlo.

Este blog ha sido inundado de comentarios de agradecimiento.
"Simplemente les quiero decir que son lo mejor de la vida, que me estoy matando por que los malditos gringos tienen la versión original y nosotros tenemos que esperar miles de meses. Los adoro y muchas gracias", dice una aficionada que se identifica como Carlonxa.


La posición de los editores
Las editoriales tendrían que sacar a muchos blogs de la red, si se deciden por una batalla contra estos portales de aficionados. Muchos ya deben haber copiado los archivos y estar dispuestos a publicarlos nuevamente en pos de la libre información.

Sobre todo cuando abrir un blog es gratuito y se puede obtener uno
en sólo 3 pasos, y comenzar a publicar. De hecho hay otro blog, 'Harry Latino, trayendo la magia'. que da luces sobre el particular.

"Estos traductores anónimos no tienen porqué preocuparse por represalias. (...) Hace meses el director de la editorial (Ediciones Salamandra), Pedro del Carril, declaró a esta misma web: 'Evidentemente, no nos agradan, pero en general no hemos ejercido acciones legales porque consideramos que la mayoría de los fans lo hace con buena intención y sin ánimo de lucro. Eso sí, cuando la intención es hacer dinero, entonces sí que emprendemos acciones, porque nuestra obligación es defender los intereses de la autora'", aseguran.

Los chinos también traducen

Los internautas chinos han tenido la misma idea y el último libro de la saga ha visto la luz en mandarín. La traducción es obra de un grupo de 60 jóvenes que se han dado a si mismos el nombre de "Escuela de Traducción Hogwarts" y han colgado en internet los 14 primeros capitulos del libro, según Radio Internacional de China.

Hacia dónde vamos

Qué pasará en el futuro cuando la tendencia vaya un paso más allá e internatuas se encarguen de subir a la web cualquier publicación de importancia o interés, que ya no sólo una traducción.

¿Estamos ante el fin de la empresa editorial como la conocemos?, creo que las publicaciones en papel no terminarán en el futuro próximo, pero si es claro que Internet está comenzando revolucionar la industria.

Por ahora agencias de noticias como la
AFP y EFE replican la versión de que los sitios podrían ser cerrados. Pero por otra parte me pregunto si la traducción final, oficial del libro, no se verá enriquecida con la de estos fans.

De ser así, por ahora, no todo está perdido para las editoriales y los escritores.

lunes, 2 de julio de 2007

Borges y yo

Durante mucho tiempo me resistí a admitir que el argentino Jorge Luis Borges, fuera el escritor más grande que hayan visto las letras latinoamericanas. Me gustaba guardar ese sitial para Gabriel García Marquez.

Sin embargo, hoy debo reconocer que sí. Pese a que no escribió nunca una novela, sólo cuentos, ensayos y poemas, Borges es el más grande.

Quizá el hecho de que no haya escrito una novela, el género más popular, fue una de las causas para que nunca le dieran el Premio Nóbel.

Aunque hay quien dice que la academia sueca no le otorgó tal distinción por causas políticas. Se considera que fue excluido de la posibilidad de obtenerlo por haber aceptado un premio otorgado por la presidencia del dictador chileno Augusto Pinochet.

En cuanto a lo de la novela Borges se cuestionó alguna vez: Para qué escribir una historia de 120 páginas, si se puede contar en 10.

Odio de Borges su prepotencia, su pretendida ignorancia, su despectiva sapiencia. Terminan por aburrirme sus cuentos intelectuales, llenos de laberintos espaciales y temporales, con bibliotecas infinitas o argucias de ese tipo.

También me disgustan esas historias repletas de nombres de difícil pronunciación como ‘Tlön, Uqbar, Orbis Tertius’. Aunque muchos de esos relatos son imprescindibles del legado borgiano.

Para muchos esa será la obra más valiosa del escritor argentino, pues en ‘la mayoría de sus historias más populares abunda en la naturaleza del tiempo, el infinito, los espejos, laberintos, la realidad y la identidad; mientras otras se centran en temas fantásticos’, detallan en Wikipedia.

Pero es por otra parte de su obra lo que me agrada de Borges, por lo que me he atrevido a cederle –en mi criterio- el sitial del más grande escritor latinoamericano de todos los tiempos. Y son sus cuentos de cuchilleros.

‘Historias más o menos reales de la vida sudamericana; historias de héroes populares, soldados, gauchos, detectives y figuras históricas, mezclando la realidad con la fantasía y los hechos con la ficción’.

El mismo Borges reconoce en uno de ellos, El Sur, acaso su mejor relato. A mi me gustan casi todos los de ese tipo, El Hombre de la Esquina Rosada, El Encuentro, entre otros.

En ellos Borges hace gala mejor que nadie de la tesis de que en un cuento siempre se cuenta dos historias.

Borges construye la historia secreta, la que sólo se revela al final, con los elementos marginales de la obvia. Construye la historia explícita en función de la implícita, de ahí su efecto.

Y no sólo eso, lo hace con una manera única, resalta su manera de adjetivar y las sabias reflexiones del narrador acerca de lo contado.

Los dejo al final con un video que honra el título de este post y que inspiró estas reflexiones. ‘Borges y yo’, la voz del escritor leyendo una descripción sobre si mismo, con el fondo de una guitarra
que pretende tocar un tango.